Atardecer...

Asomada hoy a mi ventana, me he quedado perpleja del asombroso paisaje que mis ojos han podido observar. Aún se podía ver los últimos rayos de sol que hacían constancia, dándole un mágico colorido al manto azul que cubría el cielo, antes de que éste se escondiese en el lejano horizonte, para alumbrar otras tierras, otros continentes y despertar a ciudades enteras, mientras que la paz y la oscuridad de la noche empezaba a hacerse notar en el cielo.

Los pajaros vuelven a sus nidos, a proteger a sus crías del frío, la gente se hace notar cada vez menos, en la calle, empieza a invadirnos el silencio de la noche, la oscuridad.

Y en este precioso atardecer, libero mi mente, siento como pasa cada segundo de mi vida, te siento a ti, aunque no estés aquí en este mismo instante, en este momento, te pienso en mi mente, te siento en mi corazón, ese corazón que sólo tú haces que lata lleno de amor, un amor puro, verdadero...

Es entonces, cuando cierro mis ojos y me invade esa felicidad de saber que tengo a un hombre maravilloso a mi lado, que me quiere que me cuida y con el cual me gustaría compartir todos los atardeceres por el resto de mi vida.